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miércoles, 29 de junio de 2011

Salir de la deuda es fácil pero necesita un cambio de tendencia

Salir de una situación de deuda es posible sólo cambiando la tendencia actual en nuestra economía doméstica. No obstante, es muy necesario invertir la tendencia a hundirnos cada vez más buscando estrategias de planificación económica. ¡No te asustes con el término! Significa aplicar un poco de sentido común y pensar un poco a largo plazo.

En mis entradas anteriores he sugerido que pares de contraer deuda, que crees un fondo de emergencia o que mires desde un punto de vista analítico cómo un acto cotidiano como hacer la colada puede impactar en tus finanzas (un análisis un poco friki, la verdad). Evidentemente hay mucho más que añadir a estas consideraciones, pero es necesario que reflexiones un momento sobre el camino que tienes por delante de ti para salir de pobre, salir de tu situación de deuda y volver a tomar las riendas de tu vida.

Aquí debo reiterar lo que ya he comentado varias veces: no existen milagros. No vas a tener la hipoteca pagada mañana si haces tal o cual cosa ni vas a poder pagar ese colegio privado para tus hijos ni vas a poder irte de vacaciones donde quieres si no cambias la tendencia de endeudarte más y más. Además, la consecuencia de meterte en la espiral de deuda puede ser bastante grave: en España las hipotecas no se cancelan con el valor de la vivienda, porque los préstamos hipotecarios suelen ser préstamos personales con garantía hipotecaria.

Pero no te asustes ni pierdas la esperanza. Se puede salir de esto. ¿Cómo se cambia la tendencia?

  1. Para de contraer deuda. En serio. Para ya. Corta las tarjetas o dalas de baja. ¡Ya! No te cambies de coche ni compres una nevera nueva ni vayas de vacaciones este año.
  2. Crea tu fondo de emergencias pero no cuentes con él a no ser que sea necesario.
  3. Establece una estrategia de liquidación de deudas. Existen varias y aquí las analizaremos.
  4. Ahorra antes de gastar.
  5. Conoce los mecanismos de satisfacción a corto y largo plazo.
  6. Reduce tu gasto. Gasta sólo lo necesario y ni un euro más.
  7. Ve cómo tu deuda se reduce. Además, cuanto más se reduce, más fácil es reducirla. Y algún día verás cómo desaparece.
  8. Ten en cuenta que éste es un proceso progresivo y, probablemente, muy lento. También debemos ser realistas: esto no sale a la primera y, seguramente, habrá tropiezos importantes durante el camino. 
Anímate. Se puede salir de esto. Lo mejor de todo es que te sentirás mejor y tampoco tendrás que renunciar a tu vida.

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