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miércoles, 6 de julio de 2011

La tentación del gasto: piensa y planifica antes de comprar

Nuestra sociedad nos empuja a consumir sin mesura. En parte, sabemos que es bueno, ya que permite que la economía se active. Ahora bien, ¿de quién es esa economía que se activa? Sinceramente (y esto es una simple reflexión personal), las empresas se lucran a nuestra costa. Nuestra sociedad ha articulado el ocio alrededor de la compra y, a veces, nos sentimos mal si no gastamos lo suficiente.

Es hora de luchar contra esta tendencia. El principio general para salir de pobres es considerar antes el ahorro que el gasto. Pero no te engañes, no se trata de ser un avaro. Se trata de gastar sólo lo necesario y afrontar cualquier necesidad con un fondo ahorrado. Lo peor que podemos hacer es comprar de forma compulsiva, porque nos hundirá más en la miseria de la deuda y nos llenará la casa de cosas inútiles.

Vamos a tomar un ejemplo reciente en mi casa. Necesitamos una nevera nueva, ya que la que tenemos está para el arrastre: no enfría bien, la goma está rota y hace mucho ruido. Además, nos han presupuestado unos 250-300 € para arreglarla por completo.
  1. ¿Se puede reparar? Repara antes de comprar. Cierto: hoy en día todo parece de usar y tirar pero no desdeñes la reparación primero. Cada persona tiene una regla, pero si reparar es sólo un 25-40% más económico que reemplazar, la compra tiene sentido.
  2. Estudia muy bien tus necesidades: Después de revisar qué modelos hay, hemos decidido un tipo determinado. Si fuera otro electrodoméstico, un ordenador, un televisor... el criterio sería el mismo.
  3. Mira por internet y en un par de tiendas el valor aproximado. Súmale un 10% y establece tu objetivo de ahorro. En nuestro caso, 450€ (claro, un 50% más de lo que costaba arreglarla).
  4. Considera comprarlo usado. No sólo será más económico, sino que su coste medioambiental será menor. Eso te permitirá reducir la cantidad a ahorrar. En el caso de un electrodoméstico, esta decisión puede no ser la más óptima. Pero, ¿has visto la oferta que hay de muebles usados por internet en Ebay o Segundamano?
  5. No uses tu fondo de emergencia. No obstante, puedes hacer una pausa si lo estás construyendo todavía y realmente te falta poco para llegar a tu objetivo.
  6. Establece un fondo para el objetivo de lo que vayas a comprar y dedica una parte de tus ingresos (antes de restar los gastos) a dicho fondo. Al igual que el fondo de emergencia, mete el dinero en un sitio donde no sea fácil recuperarlo pero tampoco imposible.
  7. Realiza tu compra cuando el objetivo esté alcanzado.
Este método (el cual puedes adaptar a tus necesidades y a tu ritmo) permite que no te endeudes para comprar algo y evitará que seas más pobre. Además, lo puedes utilizar para lo que quieras: para las vacaciones, para el coche, para la vuelta al cole de los niños...

Evitar la deuda te ayuda a salir de pobre. Sin deudas, tú tienes el control de tu vida.

martes, 5 de julio de 2011

La compra de la vivienda

Durante nuestra vida existen momentos en los que tenemos quie tomar decisiones cuyas consecuencias nos influenciarán durante mucho tiempo. Desde la compra de una vivienda a la compra de un automóvil.

En Sal de pobre siempre decimos que el camino para una vida más relajada es evitar la deuda. Evitando la deuda, salimos de pobres y controlamos nuestra vida.


La compra de la vivienda es considerada una de las decisiones económicas más importantes de la vida. Hoy en día, tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, comprar una vivienda puede ser más o menos difícil que antes. Por ejemplo: quien no tiene ahorros, no puede dar una entrada suficiente para poder comprar una casa, ya que no se financian en los porcentajes que se hacía antes. En cambio, para quien ha ahorrado, la vivienda está más asequible que hace unos años.

Luego están las consideraciones sobre si conviene más comprar o alquilar. Aquí, lamentablemente, no puede existir una única regla de oro a seguir. Cada uno de nosotros tiene que tomar la decisión de vivir en alquiler o de comprar una vivienda. En este post nos centramos en la compra.

Para evitar la deuda y tener control sobre nuestras vidas hay que aplicar los siguientes criterios:
  1. Ser realistas con nuestras posibilidades. Siendo mileuristas no vamos a conseguir un dúplex en el centro o una casa con jardín pero sí que podemos intentar buscar algo en un barrio bien comunicado y con los servicios cerca.
  2. Ahorrar desde bien jóvenes para disponer de una buena entrada.
  3. Si se puede, no hipotecarse.
  4. Como es casi inevitable hipotecarse, hacerlo el mínimo tiempo posible siempre con una cuota que sea inferior a un 30% de los ingresos netos del hogar.
Pensarás que es imposible. Pero se puede hacer.

En primer lugar, vamos a calcular (utilizando esta herramienta) los pagos para varias hipotecas tipo al 5% (aunque casi todas las hipotecas en España se negocian en función del Euríbor o el IRPH). Te recomiendo que hagas el análisis con tus propios números. Pero para este ejercicio, usaremos una vivienda de 165.000 € y una familia que ingrese 2.000 € mensuales (una pareja que decida irse a vivir juntos).

Normalmente, los gastos de escritura y compra-venta suponen un 10% del valor de la vivienda. Así que supondremos que la vivienda más los gastos costará unos 180.000 €

Caso 1: La pareja no ha ahorrado
(Este caso es poco probable hoy en día, ya que no se financian viviendas al 100% salvo excepciones)
Una hipoteca de 180.000 € a 30 años al 5% supone unos 967 € de cuota al mes. Es decir, la mitad de los ingresos de la familia.

Caso 2: La pareja ha ahorrado 30.000€


Una hipoteca de 150.000 € a 30 años al 5% supone unos 806  € de cuota al mes. Es decir, el 40% de los ingresos de la familia. Para ahorrar 30.000€ basta con dedicar tres años a ahorrar esos 800 € cada mes. Es un 40% de los ingresos. 

Caso 3: La pareja ha ahorrado 80.000€ (la mitad)

Una hipoteca de 100.000 € a 30 años al 5% supone unos 537  € de cuota al mes. Es decir, el 27% de los ingresos de la familia. Para ahorrar 80.000€ hay que arror durante cuatro años y medio unos 1500 € al mes. Quizás sea una postura no realista para mucha gente pero si sois una pareja viviendo en casa de vuestros padres, es una opción a tener muy en cuenta, sobre todo porque podéis pedir una hipoteca a 20 años que sólo tenga 660 € de cuota.

Por supuesto, las circunstancias de cada familia son diferentes. Pero el análisis serio antes de comprar una vivienda se tiene que hacer con papel, lápiz y calculadora. Hipotecarse supone perder cada mes una muy buena parte de los ingresos. Y, cuanto más tiempo se esté hipotecado (endeudado, en general), más energía gastaremos en dar dinero al banco.


Sal de pobre (en este caso, evita meterte a pobre). Sal de deudas. Controla tu vida

jueves, 30 de junio de 2011

Cómo ahorrar en el hogar: 10 estrategias para pagar menos en el supermercado

El objetivo de este modesto blog no es otro que ayudarte a salir del pozo de deudas en el que seguramente estás. Dado que una de las maneras de conseguir esto es reduciendo los gastos (la otra es aumentar los ingresos), he recopilado la serie de publicaciones tituladas "Cómo ahorrar en el hogar", inspirada en nuestras madres y abuelas (y algún padre y abuelo avanzado a su época).

La estrategia básica para gastar menos no es siempre comprar lo más barato, sino comprar lo estrictamente necesario. No sirve de nada comprar 2kg de plátanos de oferta en el súper si nos vamos a comer sólo uno y el resto se van a pudrir. No sirve de nada comprar lo que nos llama la atención en la tienda si no lo consumimos. Y no sirve de nada no saber qué comprar y picar en todas las trampas que nos ponen en el supermercado.
  1. Haz una lista de la compra lo más exacta posible. En los supermercados hay equipos de gente especializada en "tentarnos" constantemente con ofertas y productos. Debes ceñirte a tu lista de la compra. Por supuesto puedes desviarte un poco, pero si lo haces en más de uno o dos artículos, tienes que pensártelo dos veces.
  2. Ve menos a los grandes hípers y favorece las tiendas de tu barrio. Aunque hoy en día nuestro estilo de vida nos impide ir a la compra a diario, lo cierto es que hay supermercados, fruterías, carnicerías, etc.. en casi cada esquina, con lo que puedes resolver tus necesidades yendo una o dos veces por semana (en ciudades como Barcelona, los mercados abren hasta tarde). Los hípers no son más baratos en general (excepto cuando tienen alguna oferta "gancho" para hacernos ir) y, además, nos hacen gastar gasolina, provocan desgaste en el coche y en los centros comerciales es fácil "caer en la tentación" de las tiendas de alrededor. Al ser más grandes, también nos tienen más tiempo dentro, favoreciendo que consumamos más. Llevando tú la compra y no el coche, seguro que tendrás menos tentaciones para venir cargado/a hasta los topes y, además, caminar es muy sano (Si vives en una urbanización o en un lugar aislado, recurre mejor a supermermcados medianos).
  3. Cuanto más local, mejor. No sólo es ecológicamente más responsable, sino que compras artículos más frescos y de mejor calidad. Si compras lo necesario, con esta estrategia no sólo reduces la factura, sino que comerás mucho mejor.
  4. Come de temporada. Aquí también hay argumentos tanto de salud como de economía. Si comes producto de temporada, no sólo será más fresco y de mejor calidad, sino que será más económico. Un ejemplo: los melones que se venden en invierno vienen importados de Brasil y cuestan 5 veces más. La OCU tiene un calendario de qué es de temporada para frutas y verduras.  
  5. Evita los alimentos procesados. Cada casa es un mundo y no todos tenemos la maña de Arguiñano en la cocina, pero es mucho más caro y menos sano comer comida procesada que comida cocinada por nosotros. Ejemplo: dos vasitos de arroz cocido listo para comer valen 1,29 € en el súper de al lado de mi casa. En el mismo súper, 1 kg de arroz vale 70 céntimos y de allí puedo sacar unas 30 raciones. Además, las conservas y precocinados llevan conservantes y suelen tener un alto contenido en sal, lo cual es también perjudicial para la salud. Si no sabes cocinar, aprende poco a poco. Todos lo hemos hecho.
  6. Intenta cocinar lo justo. Esto es algo que nadie en mi familia sabe hacer (y a mí me ha costado basante aprender). La nevera en casa de mi abuela tiene siempre, por lo menos, seis platos con sobras de comida, la mayor parte de las cuales acaba en la basura. 
  7. Aprende a calcular bien las necesidades en tu casa. Esto es algo que sólo se adquiere con el tiempo y es diferente en cada familia. Evidentemente hay tener una despensa equipada con productos no perecederos pero no es necesario que sea gigante ni que esté llena hasta arriba. Otro ejemplo: en casa de una amiga encontré un paquete de arroz caducado hace cinco años. No excluyas los congelados (¡si no son precocinados!), pero tampoco permitas que se "fosilicen" en tu congelador.
  8. Aprende a planificar: Elabora un menú (flexible, por supuesto) con lo que vas a cocinar durante la semana. Revisa qué te puede hacer falta y anótalo. Ten la lista en la nevera por si hay que añadir algo más y habrás hecho el 95% del trabajo para convertirte en alguien que compra razonablemente. No te olvides de ceñirte a esa lista cuando vayas a la compra.
  9. Cuidado con las ofertas: Seguro que esa caja de cereales en oferta sale bien de precio pero, ¿alguien en casa desayuna cereales a diario? Los ofertas, siempre al principio de los pasillos son lo que le interesan a la tienda venderte. Revisa muy bien si lo necesitas y las otras opciones posibles. No obstante, considera si la oferta puede servir como alternativa a tu lista (recordemos que es flexible) y si tiene sentido. Por ejemplo: querías comprar alcachofas para hacerlas al horno pero hay otra verdura con mejor aspecto y de oferta a mejor precio. No te preocupes por cambiar pero reflexiona antes de hacerlo.
  10. No vayas con tus hijos a comprar en un híper. Probablemente se descontrolarán y te llenarán el carro de algo que no te interesa. No obstante, no es malo que te acompañen si haces que la compra no sea un acto mecánico: llévalos al mercado (donde hay menos riesgo de que se vean atraídos por chuches y bollería) para que aprendan a conocer la fruta y la verdura.
Evidentemente, estas estrategias no son más que indicaciones generales sobre lo que puedes hacer para reducir el coste de tu compra. Cada familia es un mundo y los hábitos de consumo de cada una son diferentes. Coge y aprovecha lo que te sea útil para que ir a la compra no suponga una tortura ni haga que gastes más.

Otros capítulos de la serie Cómo ahorrar en el hogar:

miércoles, 29 de junio de 2011

Dos estrategias para reducir deudas

En este post vamos a analizar dos métodos para reducir y acabar eliminando nuestra deuda. Si bien no son los únicos que existen, son los dos que me han resultado más fáciles de comprender y aplicar. Por otra parte, no puedes iniciar una estrategia de reducción de tus deudas si no paras de contraer nuevas. Así que, por lo menos, deberás haber parado de contraer nuevas deudas y, al menos en parte, haber creado o estar empezando tu fondo para emergencias.

El primer paso para liquidar tus deudas es que tomes papel y lápiz (o una hoja en blanco de excel) y busques todos los contratos y recibos que tengas de todas las deudas que tengas. Anota lo que te queda pendiente y, sobre todo, el interés (busca la TAE, el valor nominal no nos sirve). Una vez los tengas anotados, escoge una de las dos estrategias. También puedes crear tu propia estrategia o puedes hacer una mezcla según te convenga o te interese. Lo importante en este caso es planificar cómo salir de tu deuda e intentar mantener ese plan lo mejor posible. Poco a poco, irás saliendo del pozo. ¡Ya verás!

Veamos cuáles son esas dos estrategias:

  • Estrategia bola de nieve: Consiste en reducir los pagos mensuales en las deudas existentes al mínimo y utilizar todo el dinero posible para pagar primero la deuda cuyo importe pendiente sea menor (definición en inglés aquí).
  • Estrategia avalancha: Consiste en reducir los pagos mensuales en las deudas existentes y utilizar todo el dinero posible para pagar la deuda cuyo interés sea más alto (definición en inglés, aquí)
Pero como una imagen vale más que mil palabras, te lo explico con un ejemplo:

En este ejemplo hemos supuesto que en casa tenemos seis deudas: una hipoteca, un pago de un coche, tres tarjetas aplazadas y un préstamo inmediato que se solicitó para una situación de emergencia. Según la estrategia de bola de nieve, convendría liquidar lo antes posible la Tarjeta 3 porque es la deuda más pequeña y la que podemos quitarnos de encima más fácilmente. Por ejemplo, se podría intentar pagar un poco menos en la Tarjeta 1 y utilizar todo el dinero posible para amortizar la Tarjeta 3. Según la estrategia avalancha, lo ideal sería quitarse de encima lo antes posible el préstamo inmediato porque es por el que pagamos más interés, reduciendo los pagos en las tarjetas y dedicando todo el dinero a liquidarlo.

Por supuesto, hay que valorar cuáles son los pros y contras de seguir una estrategia u otra:
  • Utilizando la estrategia de bola de nieve, conseguiremos empezar antes a quitarnos deudas de encima. Esto es un mecanismo de satisfacción personal y nos ayuda a motivarnos. Además, libera de forma más rápida recursos de una deuda para dedicarlos a otra deuda. No obstante, con este método acabamos pagando más, ya que estamos más tiempo pagando otra deuda con interés mayor. 
  • La estrategia de avalancha se puede considerar más "óptima" matemáticamente, ya que se elimina la deuda más sangrante antes (es decir, la que tiene más TAE). Y, como todos sabemos, el tiempo es dinero: cuanto más se tarda en devolver un dinero prestado, mucho más interés se paga. El inconveniente es que puede ser muy descorazonador avanzar despacio en este proceso, sobre todo si la deuda a mayor interés es la más grande.
Finalmente, en este punto, conviene aclarar que las entidades de crédito nos van a cargar por realizar amortizaciones anticipadas. Ten en cuenta esta penalización si vas a realizarlas pero no te desanimes, porque siempre va a ser menor que seguir pagando al precio actual por ese dinero.

Como ves, hay maneras de reducir tu deuda y salir de pobres. No son fáciles, ni rápidas, ni inmediatas, ni mucho menos milagrosas. Busca la tuya o utiliza la bola de nieve o la avalancha. En menos de lo que te imaginas, podrás reducir tu deuda.

Sal de pobre. Sal de deudas. Recupera tu vida-

Salir de la deuda es fácil pero necesita un cambio de tendencia

Salir de una situación de deuda es posible sólo cambiando la tendencia actual en nuestra economía doméstica. No obstante, es muy necesario invertir la tendencia a hundirnos cada vez más buscando estrategias de planificación económica. ¡No te asustes con el término! Significa aplicar un poco de sentido común y pensar un poco a largo plazo.

En mis entradas anteriores he sugerido que pares de contraer deuda, que crees un fondo de emergencia o que mires desde un punto de vista analítico cómo un acto cotidiano como hacer la colada puede impactar en tus finanzas (un análisis un poco friki, la verdad). Evidentemente hay mucho más que añadir a estas consideraciones, pero es necesario que reflexiones un momento sobre el camino que tienes por delante de ti para salir de pobre, salir de tu situación de deuda y volver a tomar las riendas de tu vida.

Aquí debo reiterar lo que ya he comentado varias veces: no existen milagros. No vas a tener la hipoteca pagada mañana si haces tal o cual cosa ni vas a poder pagar ese colegio privado para tus hijos ni vas a poder irte de vacaciones donde quieres si no cambias la tendencia de endeudarte más y más. Además, la consecuencia de meterte en la espiral de deuda puede ser bastante grave: en España las hipotecas no se cancelan con el valor de la vivienda, porque los préstamos hipotecarios suelen ser préstamos personales con garantía hipotecaria.

Pero no te asustes ni pierdas la esperanza. Se puede salir de esto. ¿Cómo se cambia la tendencia?

  1. Para de contraer deuda. En serio. Para ya. Corta las tarjetas o dalas de baja. ¡Ya! No te cambies de coche ni compres una nevera nueva ni vayas de vacaciones este año.
  2. Crea tu fondo de emergencias pero no cuentes con él a no ser que sea necesario.
  3. Establece una estrategia de liquidación de deudas. Existen varias y aquí las analizaremos.
  4. Ahorra antes de gastar.
  5. Conoce los mecanismos de satisfacción a corto y largo plazo.
  6. Reduce tu gasto. Gasta sólo lo necesario y ni un euro más.
  7. Ve cómo tu deuda se reduce. Además, cuanto más se reduce, más fácil es reducirla. Y algún día verás cómo desaparece.
  8. Ten en cuenta que éste es un proceso progresivo y, probablemente, muy lento. También debemos ser realistas: esto no sale a la primera y, seguramente, habrá tropiezos importantes durante el camino. 
Anímate. Se puede salir de esto. Lo mejor de todo es que te sentirás mejor y tampoco tendrás que renunciar a tu vida.

martes, 28 de junio de 2011

Evitar la deuda. Crea tu fondo de emergencias

Vamos a definir qué entendemos aquí por un fondo de emergencias. Se trata de un dinero que tienes que guardar para los imprevistos que te surjan.

La verdad es que muchas veces nos endeudamos por los imprevistos. Nos compramos cualquier cosa y, a la semana siguiente, va el coche y se estropea. O la nevera necesita cambiarse urgentemente. O hay que pagar la ortodoncia de la peque. O hay una derrama en la escalera. O... ¿Quién no ha tenido imprevistos?

Pues bien, tenemos que evitar que los imprevistos nos arruinen la vida. Un imprevisto que se traduce en deuda es una carga. Además, es muy tentador utilizar la tarjeta de crédito o llamar para un crédito inmediato para resolver el problema, lo que nos hunde aún más en la misera. Recuerda: no debes hacerlo nunca. Ese tipo de deuda es muy poco pan para hoy y muchísima hambre para mañana. Revisa en mi post anterior cuánto pagas en intereses por unos simples 2000 €.

En primer lugar, la primera regla para un fondo de emergencias (que no está grabada en piedra, puedes adaptarla a tu necesidad) es que sea de un importe aproximadamente igual al de los ingresos netos mensuales de la familia.

En segundo lugar, no debes utilizar ese dinero como parte del presupuesto del mes, ni debes pensar que lo tienes en casa para acabar de pasar el mes. Tienes que mantener una disciplina muy estricta, porque es el dinero que te salvará de la ruina cuando vengan esos imprevistos. Asímismo, no debes utilizar este dinero como mecanismo de ahorro para pagar cosas que estén previstas, como la vuelta al cole o unas vacaciones. Más adelante, una vez tengamos el fondo asegurado, ya hablaremos de cómo ir a por objetivos.

En tercer lugar, guarda el dinero en un sitio donde no te sea fácil obtenerlo, pero no imposible. Ejemplos: una cuenta corriente que necesite la firma de un familiar además de la tuya, una cuenta en un banco por internet, un depósito a plazo fijo (que no te cobren mucha penalización por cancelar) o en una cajita con llave (y la llave en casa de tu suegra, por ejemplo).

Finalmente pensarás que conseguir tu fondo de emergencia es más fácil de decir que de hacer. Pero ahí es donde tienes que explotar tus dotes creativas para conseguir ese fondo. Te propongo las siguientes estrategias:
  1. Vende lo que no utilices: un mueble antiguo, un vestido de comunión, esa máquina para hacer gofres que no has usado nunca... Si te pones a mirar por casa, seguro que tienes bastantes cosas de las que te puedes desprender. Puedes llevarlas a una tienda o anunciarlas por internet. Lamentablemente, las cosas usadas tienen mucho menos valor del que pagamos por ellas, así que no tengas espectativas inalcanzables por su valor. Tampoco te aconsejo que deshagas de algo que tenga mucho valor para ti en esta fase: Se trata de crear un cojín salvavidas, no de amargarte la vida.
  2. Utiliza una hucha y guarda dinero poco a poco: con monedas de 1, 2 y 5 céntimos puedes acumular fácilmente 50 €. Hay gente que las acumula en el bolsillo cuando podría meterlas en un tarro en el recibidor de su casa y darse una alegría al cabo de unos pocos meses. Una conocida mía hace lo mismo con todas las monedas de 2 € que caen en su bolsillo.
  3. Búscate un ingreso extra. Con 5 millones de parados pensarás que es una locura buscar algo de trabajo pero lo cierto es que siempre hay algo que se puede ofrecer: clases particulares, hacer de canguro, cuidar a un mayor, ofrecerse para hacer la limpieza de la escalera (esto lo hacen dos señoras donde vivo yo), ir a una ETT y ofrecerte de camarero/a para algún fin de semana...
  4. Guarda la paga extra de verano/navidad. Lo más seguro es que contaras con ella para algún gasto (cosa que no es recomendable hacer). Lo cierto es que, al menos en una parte, contar con ella para imprevistos es mejor opción. Procura que tus gastos siempre se cubran con tus ingresos regulares.
  5. Quítate de los caprichos. Este consejo deberías aplicarlo siempre: procura ser consciente de que no puedes tener todo lo que quieres en el momento que lo quieres. Si sigues mis consejos, podrás tener muchas cosas sin que el placer efímero de hoy te ahogue el día de mañana. Sólo tienes que esperar un poco. Crea tu fondo de emergencias primero, ¿vale?
  6. Recuerda que no debes crear deuda nueva. Si te surge un imprevisto, tira de este fondo primero y trabaja después para recuperarlo.
  7. No desesperes. Construye tu fondo a tu ritmo, sin prisa pero sin pausa. Uno de los beneficios más importantes si realizas este ejercicio conmigo es que aprenderás a guardar dinero para conseguir objetivos. Ésa será la clave para salir de pobre y ésa será la estrategia a seguir para liquidar tu deuda.
Sal de pobre. Sal de tus deudas. Recupera tu vida.

    lunes, 27 de junio de 2011

    Arreglar las finanzas. No contraigas nuevas deudas

    Aunque parezca una redundancia, el camino para salir de la deuda es no endeudarse más.


    La verdad es que, como te hemos dicho varias veces, no hay una receta mágica ni un sistema milagroso para salir del pozo. Lo que sí que tenemos es sentido común para intentar salir de esta situación de deuda que nos atenaza. Sin duda alguna, reducir la deuda es clave para salir de pobre.


    Sí, ahora pensarás que es muy sencillo decirlo y que, del dicho al hecho, hay un buen trecho, como dice el refrán popular. Pero, de hecho, es bastante más fácil de lo que parece aunque se necesita tiempo.

    En España es habitual contraer deuda para comprar bienes de consumo (coches, electrodomésticos, muebles...) pero también mucha gente contrae deuda en tarjetas de crédito, incluyendo las propias de ciertas tiendas, además de préstamos inmediatos que no paran de anunciarse por TV (los cuales te hacen pagar el dinero a precio de tarjeta de crédito o superior). Esta información no sale en los medios de comunicación pero está ahí. Yo mismo estuve entrampado con tres tarjetas de crédito que, aparentemente, me permitían pagar en "cómodos plazos". ¡Qué equivocado estaba! Lo mismo puedo decir de un amigo mío con cuatro de estos préstamos inmediatos comiéndole lo poco que le quedaba de su mísero sueldo.

    Te voy a demostrar lo mucho que te sangran con esas tarjetas y préstamos inmediatos. Vamos a realizar el siguiente supuesto utilizando una calculadora online como ésta. Supón que compraste muebles por un valor de 2000€ y que los pagaste con un crédito inmediato o con una tarjeta de crédito normal y corriente. Si miras en las condiciones de contratación, encontrarás una cifra que te dejará de una pieza: TAE. La TAE (Tasa Anual Equivalente) es lo que te cuesta el dinero. Teniendo en cuenta que el coste de la vida sube un 2-4% cada año, ahora vas a comprender por qué te digo que estás regalando el dinero como si no te costara nada, pagándolo a más del 20%. Diez veces más.
    Es decir, para pagar los muebles, a 100€ cada mes, estaremos pagando durante 2 años y 2 meses, lo que suman 26 meses. Multiplica 26 meses por 100 y verás que estás regalando 600 €. ¿A que te irían muy bien? Puedes ahorrar 2000€ en 20 meses sólo guardando 100 cada mes. O, mejor aún, guarda 150 € cada mes y verás cómo los tienes en menos de un año.

    Pues deja de endeudarte. Es el primer paso para recuperar tu dinero. En cuanto a los imprevistos, en otro post comentaremos estrategias para mitigar su efecto en nuestra economía.


    Sal de pobre. Sal de tus deudas. Controla tu vida

    Cómo ahorrar en el hogar: La colada. Los cálculos

    Electricidad y agua

    Para que veas hasta qué punto gasta la lavadora, vamos a aplicar una fórmula sencilla: busca en el manual la potencia de la lavadora y consulta cuánto tarda un ciclo de lavado (es cierto que no gasta lo mismo en todo el ciclo pero vamos a aproximar). Esta información aparece en las lavadoras modernas, pero si la tuya es algo antigua, como la mía, vamos a tomar un valor de referencia, por ejemplo de aquí. Luego vamos a buscar cuánto nos cuesta el kWh de electricidad. Yo lo he cogido de aquí (tengo la TUR y, si puedes tenerla, es la tarifa que a día de hoy deberías tener) pero consulta tu último recibo por si la web no está actualizada. Si mi lavadora gasta 1,2 kWh a 0,1177 €/kWh que me cuesta, sale a 0,14 € o 0,17 € el lavado. Poniendo tres lavadoras por semana, ya puedes ver de dónde vienen esos sustos en los recibos de electricidad.

    Si sumamos la secadora (si la utilizas y creo que hay que reducir su uso al máximo), son 4 kWh de gasto para una colada, lo que sale a 0,47€ por secado o 0,56€ si le sumo el IVA.

    Luego está el agua. Quizás vivas en un sitio donde el agua es económica pero yo vivo en un sitio donde el agua es bastante cara. Suponiendo que gasto 79 litros (que son 0,079 metros cúbicos) y que es un mes en el que mi consumo medio está en unos 35 metros cúbicos, estoy pagando más de 2€ por él, son 0,16€ o 0,19€ por lavado.


    Detergente
    No hay tópico como el de los anuncios de detergente. No es el propósito de este blog hacer que compres una u otra marca (no te vendemos nada aquí) sino ayudarte a salir de pobre.

    Cuando vamos al supermercado a comprar, los fabricantes nos lo ponen realmente muy difícil para saber cuál es el detergente que sale mejor de precio (y esto, sin entrar en cuál marca puede ser mejor. Nuestro consejo es que hay que probar hasta que te guste uno).

    Normalmente hay que medir muy bien el detergente. Pues bien: los fabricantes se empeñan en que los tapones no sirvan para esto. Como vale muy poco dinero, te aconsejo que te compres un dosificador en cualquier bazar. En cualquier caso, al menos un fabricante sí que tenía un dosificador correcto:


    Después de una excursión al supermercado de mi barrio, descubrí que nos venden el detergente en polvo, pero nos recomiendan dosificar en ml (mililitros). Además, nos indican un número "orientativo" de dosis por envase. A mí siempre en casa nunca me han salido las dosis indicadas, hasta que empezamos a dosificar correctamente. Utiliza un simple vaso medidor de volumen que puedes conseguir en cualquier bazar (también lo podrás utilizar en la cocina).

    Cuando estés en el supermercado, llévate una libretita (deberías llevarla con la lista de la compra), un boli y utiliza la calculadora del móvil para hacer una tabla como la mía (haz clic para ampliar) aproximadamente:


    Si prefieres jabón en polvo, deberás convertir los kg del envase a ml (ya que insisten en vender a peso y dosificar por volumen). Para ello, multiplica el peso del envase en gramos por los ml que indica el envase y divídelo por los gramos.
    Por ejemplo, en este caso, multiplica los 2,88 kg (2880 gramos) por 125 ml y divide por 80 g. Esto nos da 4500 ml de envase.

    Si utilizas detergente líquido, ya tendrás el volumen total del envase.

    Luego mira la dosis recomendada (yo siempre uso "Agua dura" + "Poca suciedad" pero puedes ajustar a tus necesidades) y ajusta para lavadora de 7kg, si la usas. Divide los ml totales entre los ml por dosis (nota importante: he visto en algún detergente que indican la dosis para 4,5 kg. Si usas lavadora de 5kg, deberás multiplicar los ml/dosis por 5/4.5): Así tendrás cuántas dosis "reales" tiene el envase.


    Divide el precio por las dosis y tendrás realmente el más económico. Te puedes ahorrar hasta un 200% en detergente. Y, como ves en mi tabla, no siempre la marca blanca es más económica. Ah, y el detergente en polvo también resultó más económico.

    Conclusión
    Estamos pagando: 0,17 (electricidad) + 0,19 (agua) + 0,25 (detergente medio) = 0,61 € por lavado (1,17 € usando la secadora). Como ya he comentado en este blog, es necesario que reduzcas tu consumo para ahorrar en todos los frentes. ¿Entiendes ahora lo importante que es reducir costes aquí? Con cinco lavadoras menos al mes (porque cargues bien la tuya), puedes ahorrarte 6 €. Esos 6 € pagan el tambor de detergente.


    Sal de pobre. Sal de tus deudas. Controla tu vida

    Cómo ahorrar en el hogar: La colada. Principios básicos

    Como ya he explicado, para salir de pobre hay que reducir gastos (y/o incrementar ingresos). 

    Aunque en este blog nos dedicaremos a atacar la deuda principalmente, no está de más recoger consejos e ideas para ahorrar en todos los aspectos de nuestra vida. Hay muchas maneras de ahorrar en el hogar. No obstante, tenemos un prejuicio cultural, considerando que ahorrar es de tacaños. Te voy a dar dos simples razones por las que ahorrar simplemente es bueno:
    • Por una parte, reducir tu nivel de gastos permite que dediques más dinero a reducir tu deuda. La deuda siempre tiene asociado un interés. Siempre devuelves más de lo que pediste. Si evitas que el interés genere más deuda, tendrás más dinero para ti.
    • Gastar con un poco de cabeza no sólo es responsable para tus finanzas, sino que es responsable con el medio ambiente. A menos gasto, menos perjuicio de nuestras acciones sobre la naturaleza.
    Sin más dilaciones, vamos a ver el primer ejemplo de cómo ahorrar en casa: la colada. 

    ¿Cuántas lavadoras pones por semana? ¿Sabes lo que gastas usando la lavadora? ¿Sabes lo que gastas en detergente, suavizante y lejía? Si usas secadora, ¿sabes lo que te gasta un ciclo de secado? Individualmente, pensarás que tampoco es tanto dinero... La suma puede ser sorprendente. He recopilado varios consejos para reducir tus gastos en la colada. Es poco, pero todo suma.
    1. ¿Realmente está sucio? Piensa dos veces si una prenda necesita lavarse o no. Esto es totalmente objetivo pero, por lo general, no hay que lavar esa camisa que sólo hemos llevado dos horas.
    2. Elimina las manchas a mano. Los anuncios de detergente mienten: ninguno te va a quitar ese lamparón con la magia de sus compuestos químicos. Limpia las manchas humedeciéndolas (cuando sea posible) con los trucos necesarios (pregunta a tus vecinas más mayores o consulta una página como esta). Una vez elimines la mancha, echa la prenda a lavar inmediatamente.
    3. Separa la ropa: Esto es tan obvio que casi no lo pongo. No querrás arruinar ropa clara (con lo que supone tener que ir a comprar otra) lavándola con unos vaqueros.
    4. Calcula bien la carga: Si tu lavadora admite 5kg de ropa, mete 5 kg de ropa y no metas ni 2 ni 8. Utiliza la báscula del baño (pésate con y sin la carga y réstalo) para saber si la carga es adecuada. Si no, una regla que yo uso es mirar si está ⅔ llena.
    5. Lava tan frío como sea posible: No sólo conservarás mejor la ropa, sino que tu lavadora gastará menos energía.
    6. Dosifica correctamente el detergente: Léete bien la etiqueta del detergente. Averigua si en tu zona el agua es blanda o dura y ajusta la medida. Si no tienes un vaso medidor transparente, en cualquier bazar encontrarás uno por menos de un euro (además, te servirá para cocinar también). Enjuaga vaso medidor y echa el agua en el tambor de la lavadora para aprovecharlo. Utiliza mis trucos para dosificar bien.
    7. Dosifica correctamente el suavizante: Hoy en día solemos utilizar suavizantes muy concentrados. Mide correctamente con el tapón. Un amigo mío llena siempre el cajetín de suavizante y hace mal: no le queda la ropa más suave.
    8. No te obsesiones con las marcas: Averigua cuál es la que te gusta más y no tengas miedo de probar otras. No por irte a la marca blanca te vas a ahorrar realmente mucho dinero. Si tienes tiempo, calcula las dosis reales según la dosificación y tu zona (paciencia y una calculadora) y toma tu decisión al respecto. En mi próximo post te explico cómo.
    9. Piensa dos veces antes de usar el programa de lana: ¿Realmente tienes 5 kg de ropa de lana para lavar? Si no es así, utiliza detergente para lavar prendas delicadas a mano (dosifica bien) y agua un poco tibia.
    En el caso de la secadora, hay que usar el sentido común:
    1. ¿Necesitas realmente usar la secadora? No es por nada, pero vivimos en un país con mucho sol. Su energía es gratis y, además, el sol ayuda a que la ropa blanca siga así.
    2. Hay gente que pone la ropa al sol pero luego la mete cinco minutos en la secadora para que quede más suave (esto es verdad que hace maravillas con las toallas).
    3. Limpia siempre todos los filtros antes de cada ciclo de secado.
    4. Por lo general, es más económico centrifugar la ropa a más revoluciones (con lo cual sacaremos el máximo de agua posible) que tener más tiempo la ropa en la secadora.
    5. Si usas secadora de evacuación, limpia el tubo de salida del aire regularmente y vigila que no quede doblado.
    6. Si usas secadora de condensación, vacía el depósito a menudo.
    En mi próximo post haremos matemáticas (sencillas). Así aprenderemos cuánto gastamos realmente al lavar la ropa.

    miércoles, 22 de junio de 2011

    Primeros pasos: Analiza tu situación financiera

    ¿Qué tal estás de matemáticas?

    No te asustes. No te voy a proponer complicadas ecuaciones matemáticas sino sólo operaciones básicas de suma y resta. La idea es que hay que hacer una "foto" que refleje nuestro estado financiero.

    Te advierto que te vas a llevar un disgusto. Yo me asusté la primera vez que lo hice porque pensaba que tenía suficiente dinero para pasar el mes. Pero si estás leyendo esto es porque quieres salir de pobre, salir del pozo de la deuda y tener más control sobre tu vida. Así que, como si fuéramos médicos, lo mejor es realizar un buen diagnóstico.

    Lo puedes hacer con una hoja de excel o con un folio de papel y un boli de toda la vida. El proceso es mucho más sencillo si sólo tienes una cuenta corriente, pero si tienes varias, simplemente hay que recopilar toda la información. Busca en el extracto que te envía el banco todos los movimientos del mes anterior del día 1 al día 31. Si tienes gastos que no son mensuales (por ejemplo, yo pago agua y la comunidad de forma trimestral), búscalos en otros meses y calcula la parte proporcional por mes.

    En una columna, pon todos tus ingresos: tu sueldo, el de tu pareja (si es el caso) y cualquier otro ingreso que tengas. Si estos ingresos son variables (porque eres autónomo/a, por ejemplo) tendrás que hacer una media aritmética de los últimos meses. Súmalos y verás cuánto te entra cada mes en casa

    En la otra columna, anota los gastos: la hipoteca, las tarjetas, el cole de los niños, la luz, el agua, el móvil, el gas, la escalera... TODOS. Asegúrate muy bien que los tienes todos. ¿Pagas algo en efectivo? Inclúyelo. ¿La paga de los niños? También. Súmalos y a este total añade un 10% de variable (porque no todos los meses gastamos lo mismo) y, si tienes que redondear, hazlo al alza.

    Debajo de esta columna apunta todo el dinero que guardas. Si estás aquí y ahora, probablemente aún no tengas nada para apuntar pero (mentalízate) aquí habrá que poner algo.

    Resta las dos columnas (ingresos menos gastos). Si el número positivo que sale es muy grande, buenas noticias. Pero estoy seguro de que, si te ha salido, será muy cercano a cero. Te lo dije: te ibas a llevar un disgusto.

    Mi abuela administraba el jornal de mi abuelo metiendo el dinero en calcetines. Lo hacía en tres: en uno metía el dinero de los gastos fijos, con el otro iba pagando lo corriente del mes y en el último guardaba. Hoy en día, nuestra vida es algo más compleja como para andar metiendo el dinero en calcetines, pero creo que tener como objetivo hacer algo parecido no es nada descabellado.

    Te lo adelanto: hay que guardar como hacía mi abuela (seguro que la tuya también).

    Por supuesto, pensaréis "Este chico es tonto, si soy mileurista y eso es imposible", "Estoy en el paro, es imposible" o "No me llega de ninguna manera, es imposible"... Los milagros no existen, pero sí que podemos hacer mucho para arreglar nuestra situación.

    Simplemente no hay una receta mágica

    Siento anunciarte una cosa: no hay una receta mágica para arreglar nuestra situación económica.

    Es cierto que la crisis actual repercute en nuestra situación económica. No sé tú, pero yo tengo mucho miedo de perder mi empleo. Aun teniendo varios meses de subsidio de desempleo, éste no cubriría mis gastos (Mira esta entrada para ver cómo analizar tu situación financiera). Además, todo está cada día más caro y el sueldo, si no te lo han congelado o reducido, no da para más.

    No obstante, antes de que te desanimes del todo, te diré que en este blog abordamos el problema desde dos perspectivas: ganar más y gastar menos.

    En cuanto a ganar más: Atención, no ofrezco truquitos, ni trabajitos ni cosas raras. No hago este blog para ganar dinero yo, sino para compartir lo que voy aprendiendo. No vamos a ganar dinero participando en negocios dudosos. En este aspecto, la sabiduría de las abuelas viene perfecta "Si algo parece demasiado bueno, no lo es." Malfíate de las soluciones rápidas para ganar más dinero. La cosa está bastante mal y nadie regala duros a cuatro pesetas. Yo no te voy a vender NADA para que ganes más dinero. No es el objetivo de este blog.

    Referente a gastar menos: Aquí es donde podemos invertir nuestros esfuerzos. Sé que pensarás que estoy loco, que es imposible reducir gastos en una casa, que no puedes privarte de nada más, que sólo te falta pasar el mes comiendo macarrones... Pues no, puedes gastar menos sólo aplicando el sentido común a los gastos que tienes en tu familia: no tienes por qué privarte de cosas buenas, sólo tienes que aprender a controlar tus gastos. No vas a aprender a hacerlo de un día para otro pero, del mismo modo que se aprende a nadar, también se puede aprender a controlar el gasto. Yo sigo el principio de gastar lo necesario y nada más. Si "lo necesario" sobrepasa lo normal, hay que repensarse lo necesario.

    Sólo cuando controles bien los dos factores que intervienen: ingresos y gastos, podrás salir de pobre, podrás salir del agobio de las deudas, podrás volver a controlar tu vida y disfrutar de ella.

    martes, 21 de junio de 2011

    Introducción. ¿Por qué sal de pobre?

    ¡Si supierais las veces que he buscado un blog como este!

    Como muchos españolitos, me hipotequé. Además yo lo hice solo, sin familia, con un solo sueldo. La hipoteca supuso un cambio radical en mi vida: me endeudé. Apenas me llegaba para pasar el mes. Estaba con el agua al cuello. No tenía para nada. Encima, me metí en la trampa de las tarjetas de crédito, con lo que había meses en que gastaba más de lo que ingresaba.

    Un día decidí tomar riendas en el asunto para salir de allí. Hoy, aunque no puedo decir que no he salido del pozo por completo (aún pago una sangrante hipoteca), sí que puedo respirar un poco cada més.

    Esto no lo he hecho con magia. Lo he hecho intentando aplicar el sentido común y recopilando consejos alrededor mío. No soy economista de profesión (ni administrativo, ni sé casi nada de empresas) sino que tengo un trabajo normal y corriente. Así que tuve que buscar el conocimiento donde pude, que no fue más que mi propia familia, amigos e Internet.

    Ya os adelanto: Muchas cosas que me aconsejó mi familia eran un poco imposibles (lo que no impide que recurra a la sabiduría de nuestros mayores para muchas cosas) y mis amigos están igual o peor que yo (excepto alguno que también me ha dado más de un buen consejo). Respecto a Internet, poco os puedo contar que no sepáis: todo es "vender" y "vender" sin que realmente encontremos consejos adecuados. Y lo poco que hay, es difícil que esté en español y adaptado a nuestra realidad.

    Por eso me he animado yo a crear este pequeño espacio. Le he llamado "Sal de pobre" porque todos queremos salir de pobres. Y por pobre, me refiero a alguien endeudado y sin control sobre su vida.

    Sal de pobre. Sal de tus deudas. Controla tu vida. ¿Te animas a seguir este camino conmigo?